Es una construcción colectiva y dinámica, que cruza todos los espacios educativos y recreativos en los que conviven niños, niñas, jóvenes y adultos y la declaración de este mes se convierte en una oportunidad para reflexionar y analizar en conjunto cómo se está implementando el sentido formativo de la Política de Convivencia Escolar desde sus distintos enfoques, y revisar los planes de gestión de la convivencia y las medidas establecidas en los manuales y protocolos de acción.
Esta actividad tubo por objetivo desarrollar en la comunidad educativa una cultura preventiva que permita identificar riesgos, con el propósito de comprenderlos, prevenirlos y mitigarlos, así como también desarrollar resiliencia frente a una emergencia.